El Proyecto

El cortometraje San La Muerte nace de un viejo sueño, primero personal y después compartido con todo el equipo: Realizar un western, en Argentina, y de forma totalmente independiente.
Ese sueño fue alimentado (sin saberlo), desde mi infancia, cuando por las tardes pasaba viendo viejas películas de cowboys cuando la TV tenía solo un puñado de canales. Ahora me resulta increíble cómo uno se podía identificar con algo tan lejano tanto en el tiempo como culturalmente. Yo soy argentino, pero sin duda la cultura estadounidense me influyó, inocentemente entre juegos de pistoleros y caballos indomables. La cosa que se ve que en el inconsciente todo esto quedó, persistió en la memoria… hay algo de esa mítica, de ese mundo errante y rústico que aún me cautiva. Y se mezcló con lo criollo, con lo nuestro. Esos mundos, el del gaucho y el del vaquero norteamericano sin duda que tienen mucho en común, los dos forjaron su propia ley jineteando las adversidades de una sociedad que los marginaba.
Cuando empecé a bocetar el guión me costaba situar la historia en Argentina o en Estados Unidos, porque no la sentía representativa de ninguno de los dos países, entonces fui plasmando esa historia simple sin lugar ni tiempo… pero con los códigos del western. También se mezcló lo místico, lo sobrenatural, un mundo que también me atrae mucho. Investigué un poco sobre San La Muerte, entidad venerada en diferentes países de Latinoamérica, pero originario de Argentina.
Lo ancestral, lo básico del hombre, lo material vs. lo espiritual, el amor vs. la soledad, la anhelada redención donde el fuego se apaga. De esto más o menos trata San La Muerte.
                                                                Adrián Sperk 

Pre-producción


El guión tuvo varias versiones, donde las opiniones y sugerencias de mis amigos Ariel López V, Maijo D'Amico y Darío Caamaño fueron fundamentales para ir encontrando el rumbo.
Una vez terminado el guión, la primer persona en quererse sumar al proyecto fue Maijo, quien luego me presentó a Julio Castro, alias “el brujo”, que me adentró más sobre el culto al santo y que además reside en Altamirano (pequeño pueblo situado en la provincia de Buenos Aires), que gracias a él finalmente nos serviría de escenario principal para la acción.
Se siguieron sumando amigos al proyecto: Nicolás Galaz en dirección de fotografía y Florencia González Rogani en dirección de sonido.
Viajamos para ver las locaciones con parte del mismo en dos ocasiones.

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