Fue compuesta especialmente para el corto por Claudio Lafalce, músico y productor, que logró transmitir con las melodías el sentimiento de lo despojado de un alma solitaria, errante y gris que vive dentro de un hombre del cual sabemos poco, como es el caso de nuestro protagonista.
Con un guiño al folclore que remite a nuestro país, Argentina, pero sin dejar de lado el homenaje a los spaguetti westerns, (ya que Ennio Morricone estuvo presente con su influencia en la mente tanto del músico como del director), Lafalce nos invita con sus melodías anacrónicas y hasta algo deformes, a conocer el interior de este personaje sin nombre ni tiempo, envuelto entre lo místico y lo terrenal.
Claudio no solo compuso, grabó, mezcló, masterizó y produjo todas las canciones, sino que tocó guitarra, teclados y realizó las programaciones. Producido en Kimono Records, estudio profesional de grabación, mezcla y mastering.
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